Hogar interesante Cómo aprender a perdonarse de verdad

Cómo aprender a perdonarse de verdad

por Anibal Cordova

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4- Define tus expectativas
Esta es otra forma de cambiar tu perspectiva. Consiste en darte cuenta de cuál fue la norma que violaste cuando hiciste o dijiste algo de lo que te arrepientes. ¿Cómo crees que deberías haber actuado en esa situación? ¿Esta expectativa está basada en la realidad o en el perfeccionismo, donde crees que estás obligado a leer la mente y no cometer ni un solo error?

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El propósito de este ejercicio no es trasladar la culpa a otra persona ni eximirte de responsabilidad eximiéndote de la necesidad de actuar para corregir las consecuencias. Estas preguntas pueden aclarar si te estás castigando justificadamente.

Por ejemplo, puede que te castigues por hacer daño a tu hermana porque, según tu norma interna, siempre deberías saber lo que ella quiere. O puede que te des cuenta de que no has cumplido las expectativas justas de alguien, como irte sin escuchar a tu hermana. Y esto apuntará a un problema que necesita ser resuelto y que ni siquiera sabías que existía.

5. Enmendar las cosas
Después de analizar la situación desde una perspectiva de autocompasión y reflexionar sobre lo que realmente ha ocurrido y cómo te sientes al respecto, pregúntate cómo te gustaría enmendarlo.

Por ejemplo, estás enfadado contigo mismo porque llevas semanas sin limpiar tu piso. Puedes mirar tu calendario y elegir un día en el que sea más probable que puedas hacerlo. Si tu falta es haberte emborrachado en una fiesta y haberle gritado a tu pareja, puedes pensar en cómo evitar beber demasiado alcohol en el futuro.

La idea no es castigarse, sino utilizar los remordimientos como una oportunidad para crecer. Intentar enmendar las cosas está un nivel por encima de una simple disculpa porque estás asumiendo la responsabilidad de tu acto y comprometiéndote a comportarte de otra manera en el futuro.

6. Inventa un “mantra”.
No se trata de un conjuro mágico con poderes sobrenaturales, sino de una forma de practicar la liberación de los errores repitiendo cualquier frase que te guste. Por ejemplo: “En ese momento, lo hice lo mejor que pude. Lo haré mejor en el futuro”. O pueden ser palabras que dirías a otra persona, pero nada te impide decírtelas a ti mismo: “Lo siento. Por favor, perdóname. Por favor, perdóname. Te quiero”.

Puedes decir tu “mantra” en voz alta o escribirlo en tu diario. Así acallarás al crítico interior y te recordarás que mereces el perdón.

7. Recuerda que el perdón es un proceso
No siempre podemos perdonarnos inmediatamente después de decir “lo siento” ante el espejo o en nuestra cabeza. El perdón es un proceso activo que requiere tiempo y la repetición de todos los pasos. Si nada ayuda, puede valer la pena acudir a un especialista. Y en cualquier caso, hay que tener paciencia.

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